Cuarenta versos sobre la Realidad
(vivir desde el corazón)
18- Para el ignorante y para el sabio, el mundo existe.
El ignorante considera que sólo el mundo es real.
Para el sabio, la fuente, carente de forma, es real, completa.
Todo lo que existe, todo el mundo fenoménico, todo el universo conocido... es sólo esta mente.
La existencia es lo único que hay, la mente es todo lo que hay... y esta es la realidad (SAT).
Pero la realidad formal, lo que se ve en la superficie, no conforma al sabio y se aboca enseguida a encontrar la base, el sustento o el sustrato de esta formación superficial en constante cambio, para alcanzar una idea acabada de lo que es su mundo, y él mismo en esencia.
El "ignorante", o sea nosotros, creemos que el mundo es real porque partimos de la base de que este cuerpo es real, que posee una entidad separada, un ego definido que se constituye a su vez en la base de la creencia mundana o dualista.
Desde el punto de vista del sabio, que ha dejado atrás esta creencia, el cuerpo y el mundo se crean mutuamente, sustentando a su vez la ilusión del falso yo... de la existencia separada y condicionada.
Si VIÉRAMOS directamente no sólo el fenómeno "yo", sino todo lo demás en simultaneidad, incluyendo la base en donde todo esto se produce... no habría necesidad de crear una imagen representativa, una idea, un símbolo alternativo de la experiencia real y completa, siempre presente aquí y ahora.
Lo que vemos es sólo la danza de los elementos, de la fuerza vital manifestándose desde el corazón o la consciencia.
La materia simboliza la energía sutil, ésta a su vez es también un símbolo de la consciencia, de lo que allí se gesta, y lo que percibimos como "nosotros mismos" es también un símbolo del Ser, el sí mismo radiante, el "Atman" en el corazón de cada vida.
No basta con percibir lo que se está manifestando frente a nosotros a cada instante, precisamos abrazarlo, abarcarlo en su totalidad... Necesitamos SENTIR además de percibir, para llegar a captar directamente (sin la interrupción del pensamiento y los otros sentidos) que lo único que existe siempre aquí y ahora, es la emanación natural y espontánea de la conscienca, el fluir continuo del puro ser eterno y claro, como la luz del sol en pleno día, que aunque no puede verse directamente, queda expuesta en cada cosa y en cada ser que anima y que ilumina.
Dice Sri Shankaracharya en el APAROKSHA ANUBHUTI (la realización directa del Ser)
Los textos del Vedanta declaran que en realidad la ignorancia (avidya)
es la causa material del mundo fenoménico
al igual que la arcilla es la causa de la jarra.
Cuando se destruye la ignorancia,
¿cómo puede subsistir el universo?
Debido a la ignorancia
una persona solamente percibe a la serpiente y no a la cuerda,
que es su esencia:
así el ignorante ve únicamente el mundo fenoménico
sin conocer la realidad.
Conocida la verdadera naturaleza de la cuerda,
la ilusión de la serpiente no puede persistir;
así, conocida la esencia de todo (Brahman)
el mundo fenoménico desaparece por completo.
El saber mal, las creencias acumuladas, las predisposiciones no liberadas durante la práctica meditativa, el servicio o la devoción, se acumulan y alteran por completo la percepción directa, el cristal por el que vemos la realidad tal cual es.
Una visión poco profunda, carente de concentración o de energía, genera una percepción superficial y equívoca de la situación, una imagen desordenada y completamente falta de conexión entre sus (aparentes) partes.
El mundo objetivo es nada más que una proyección de la experiencia subjetiva, del proceso creativo natural de la mente pensante.
Esto es lo que produce el efecto que llamamos: "el mundo"... y más allá de esto no hay nada más!
Lo que experimentamos y percibimos también se halla siempre sujeto a ese condicionamiento funcional.
Pero si somos conscientes de ese error fundamental, o de esa tendencia innata de la mente ordinaria... Y como decía el Sadgurú, simplemente "enderezamos nuestra perspectiva", el mundo no aparece como una creación inexplicable, sino como una expresión natural del puro ser, es una manifestación de la divinidad omnipresente.
Todo lo creado, forma o vacío, todo lo que existe es antes consciencia, está hecho de mi propia naturaleza, y por lo tanto, es mi propio y verdadero SER.
Todo lo creado, forma o vacío, todo lo que existe es antes consciencia, está hecho de mi propia naturaleza, y por lo tanto, es mi propio y verdadero SER.
Todo lo que conozco y experimento es mi Sí mismo solo.... Es integralmente mi Ser real que en palabras de los maestros, se expresa como "existencia, consciencia y Amor impersonal" (SAT-CHIT-ANANDA).
Todos deben saber que "yo y este mundo existimos" (frase del Sad Vidya)
Cuando se formulan estas preguntas:
"¿El yo y el mundo existen siempre?"
y
"si en verdad son reales, deben permanecer más allá del tiempo,
del espacio y de la diferenciación",
¿lo están realmente?
Es evidente que solo se los percibe en los estados de vigilia y onírico,
pero no en el sueño profundo ...
Por lo tanto, el yo y el mundo a veces aparecen y otras desaparecen.
Son creados,
tienen su ser transitoriamente
y luego desaparecen.
¿De dónde surgen?
¿Dónde desaparecen?
¿Dónde van al desaparecer de la vista?
¿Dónde desaparecen?
¿Dónde van al desaparecer de la vista?
¿Tales fenómenos pueden admitirse como reales?
¿Cómo difiere el sueño profundo de los otros dos estados?
En el sueño profundo NO hay pensamientos,
mientras que en los otros dos estados si!
De allí se deduce que los los pensamientos
deben ser el origen del "yo" y el mundo.
Ahora bien, ¿qué ocurre con los pensamientos?
No pueden ser naturales,
si lo fueran, no aparecerían en un momento
y desaparecían en el otro...
y desaparecían en el otro...
Otra vez, ¿de dónde surgen?
Su origen, siempre presente y no sujeto a variaciones,
tiene que se algo que existe realmente.
Deberá ser el estado eterno,
como se lo expresa en el Upadesha mantra:
como se lo expresa en el Upadesha mantra:
"Aquello de lo que se manifiestan todos los seres,
aquello en lo cual permanecen y aquello en lo cual se disuelven."
Este verso no es de adoración
sino una expresión de la Realidad.
Sri Bhagavan Ramana Maharshi
Conducirnos mediante la indagación profundo a la realidad esencial, la FUENTE única y total, perfecta y realizada siempre aquí y ahora, en todo ser.
Su misión evangélica fue llevarnos amorosamente a la comprensión de que el Yo no es diferente en los distintos niveles
En medio de una experiencia o vivencia o en los intervalos de quietud perfecta este Yo es Brahmán, la misma consciencia universal y total, es la mente ordinaria, la que está leyendo estas palabras.
¡Morar en el Yo es adorarlo!
Y adorar es prestar atención a ello con todo el corazón...
Encontrar el espacio de pura presencia, o mejor, dejar que Aquello nos encuentre y morar ahí
El lugar de la mente en el que YA NO es mente, forma o manifestación... sino que es apertura incondicionada, como una ventana pie donde la consciencia ve a la mente, al cuerpo y al mundo.
Allí debemos realizar la ofrenda de esa mente, cuerpo y mundo a la presencia divina que es ausencia absoluta de todo conocer, de toda actividad.
Uno se absorbe en otro y a la inversa, se despliegan uno desde el otro para expresarse ... en emanación espontánea...
¡Pero siempre es UNO lo que eternamente Yo SOY!
No te
demores más. Vuelve a La Fuente.
Busca
el origen de tu ser actual.
Descubre
que eres algo diferente
a
todo aquello que es sólo ideal.
Recuerda
más allá de tus recuerdos.
Siente
por un instante sin pensar.
Sabe
ya sin palabras ni conceptos
vuelve
al Silencio en el que siempre estás.
No
busques más allá. Vuelve a La Fuente.
Y
antes que nada hallarás la Paz.
Comprobarás
en alma, cuerpo y mente,
que
todo surge en Esa Realidad.
Comprende,
trascendiendo al intelecto.
Revive,
sin morir una vez más.
Desiste
de aferrarte al sufrimiento.
Deja
lo extraño, vuelve a tu Verdad.
Regresa
a tu interior. Vuelve a La Fuente.
Busca
la Luz y Ella te hallará.
Siente
que sólo eso es suficiente
para
permanecer en Libertad.
Sigue
la Estrella de los que lo hicieron.
Ama el
Amor. Realiza lo Real.
Vuelve
a la Luz que da origen al Cielo.
¡Vuelve a La Fuente en esta NAVIDAD !